¿Una alternativa colorida y de bajo mantenimiento para cubrir nuestro jardín? Las praderas tapizantes son una excelente opción.
Aportan características ornamentales y ambientales diferentes y permiten crear magníficos espacios llenos de aromas y colores. Las diversas especies que se pueden mezclar nos ofrecen una combinación de texturas, coloraciones, tamaños y floraciones distintas al verde permanente y uniforme de los céspedes.
Y aquí, nunca mejor dicho… ¡Para gustos, colores!
¿Césped si o no?
El césped nos otorga muchas ventajas: la belleza y regularidad del tapiz, las sensaciones de frescor y de confort que transmite, su capacidad de ser utilizado para el ocio, relax, etc.
No obstante, las praderas de césped demandan altos recursos de mantenimiento (riegos, nutrientes, cuidados) y esto en algunos casos, puede limitar a la hora de elegirlas.
Otra opción es sustituir por césped artificial, que como todo también tiene sus pros y contras. Conoce las principales ventajas y desventajas entre el césped natural y el artificial.
Además de lo anterior, existen otras soluciones orgánicas y bellas que queremos compartir. Por una cuestión de pragmatismo, vamos a establecer dos grupos entre estas praderas tapizantes: pisables y no pisables.
5 tapizantes pisables para cubrir tu jardín
Como su propio nombre indica, estas especies permiten ciertas actividades sobre ellas sin degradarse (dentro de unos límites), como por ejemplo caminar, tumbarse, jugar, etc. ¡Vamos allá!
Phyla nodiflora, la bella alfombra
Bajo nuestra experiencia, esta especie la consideramos como una de las mejores alternativas al césped natural. También conocida como Lippia nodiflora soporta pisoteos intensivos y hasta el paso ocasional de vehículos cuando se encuentra en el área de estacionamiento o en el camino de la entrada a un garaje.
Los tallos largos echan raíces en contacto con el suelo y el tapiz se propaga rápidamente en todas las direcciones. Su densa mata de hojas verdes cubre completamente el suelo en primavera, verano y otoño. Durante el invierno, si este es muy frío, puede perder sus hojas y dejar a la vista los tallos.
El resultado visible es una notable cobertura del suelo verde combinada con pequeñas flores de color blanco rosado en verano.
Además, si te gusta la variedad puedes combinarla con otras especies para cubrir la posible pérdida de la pradera durante el invierno. Algunas de estas candidatas son:
- Achillea crithmifolia (o milenrama) en una proporción de 3 a 1.
- Frankenia laevis (el brezo de mar) junto a dos especies de tomillo (Thymus hirsutus y Thymus ciliatus) en proporción 1-1-1-1.
Achillea millefolium o perejil bravío
Esta especie regala un tapiz muy atractivo con tonalidades blancas y rosadas durante su floración, que ocurre en verano si se mantiene sin siegas.
Se trata de una planta perenne aromática con tallos de entre 30 y 70 centímetros y aguanta un pisoteo moderado propio de un jardín privado.
Hieracium pilosella o velosilla
La velosilla se distribuye de forma prácticamente natural en la mitad norte de la Península Ibérica y en casi toda Europa. En cuanto a su cultivo ornamental, sus hojas perennes dan un color verde grisáceo y se encuentran dispuestas en rosetas pegadas al suelo.
Florece a finales de la primavera con unas flores de color amarillo intenso y aguanta un pisoteo moderado. Como tapiz vegetal es muy buena ya que forma alfombras uniformes una vez aplicada en el suelo.
Thymus ciliatus
Este especie otorga personalidad en el jardín gracias a las tonalidades cambiantes a lo largo del año. Sus hojas son perennes de color verde grisáceo y ligeramente aromáticas.
En invierno puede adquirir un tono violáceo y durante su floración a finales de la primavera, se cubre de tonos rosados. Los tallos echan raíces en contacto con el suelo y la planta forma una hermosa cubierta de revestimiento.
No es tan resistente como las anteriores especies y es ideal en zonas donde el pisoteo es ocasional, como por ejemplo un jardín familiar.
Veronica repens o rampante
Es una excelente planta tapizante y postrada para cubrir el suelo de áreas pequeñas o jardines de rocalla (aquel que combina rocas y plantas).
Florece a finales de la primavera y comienzos del verano con flores blancas y aguanta un pisoteo moderado.
+4 especies de praderas tapizantes no pisables
Los tapices vegetales que compartimos a continuación apenas toleran las actividades «sobre ellas» por lo que recomendamos plantarlas fuera de las zonas de paso.
Erigeron karsvinkianus o margarita cimarrona
La vegetación forma una masa flexible, ligera y más o menos extendida. Es de hoja perenne o semiperenne y su floración es muy larga… ¡Solo se para con temperaturas extremas!
Las flores son margaritas de tonos blancos que van hacia el rosado conforme la flor va madurando. Sin embargo, puede perder la parte aérea con temperaturas inferiores a -5ºC, comunes en los inviernos madrileños.
En este proyecto de paisajismo utilizamos esta especie como una de las tapizantes, junto a la Vinca minor o brusela, que mencionamos más abajo.
Hypericum calycinum es la rosa de San Juan
Una planta muy vivaz de hojas perennes que aporta al jardín un color verde fresco entremezclado con flores amarillas durante el verano.
Tiene una particularidad y es que funciona muy bien como planta de sotobosque, por eso es recomendable sembrarla debajo de árboles ya que no interfiere en el desarrollo de sus raíces y ayuda a eliminar el exceso de insectos que pueden afectar a los grandes ejemplares. ¡Una excelente compañera!
Origanum vulgare (orégano)
Como especie y especia: es conocida por sus utilidades en cocina aunque también se puede utilizar como tapiz vegetal en nuestro jardín.
Presenta hojas perennes o semiperennes, ligeramente aromáticas y esponjosas y flores rosadas en verano. Gracias a sus rizomas, se extiende en anchura formando una cubierta densa en el suelo.
Vinca minor o brusela
La planta se propaga lentamente gracias a sus estolones que enraízan en contacto con el suelo. Como pradera tapizante es hermosa, densa y regular: sus hojas pequeñas y perennes le dan un color verde oscuro sumado a los tonos azules y violáceos de la primavera cuando florece.
En este proyecto de paisajismo donde creamos uno de los jardines colgantes en la Puerta del Sol en Madrid, utilizamos esta especie en la base del jardín. ¡Échale un vistazo!
Las praderas floridas requieren menos recursos de mantenimiento que el césped natural, pero siempre hay que mimarlas para que se mantengan saludables con el paso del tiempo. Los momentos clave para estas especies son la primavera y el otoño.
En el caso de la plantación, el momento ideal para hacerlo es durante la primavera mientras que su recuperación tras el caluroso verano y su adaptación de cara al invierno, se debe hacer en otoño. ¿Pensando en plantar alguna de ellas? Ponte en contacto con nuestro equipo.
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