La cultura de jardín en el Mediterráneo trata el agua como un elemento central, símbolo de riqueza y de vida. Como un elemento escaso y por lo tanto precioso, de un valor incalculable.
Los paisajistas, los jardineros, estamos encantados de que así sea. Sin embargo debemos considerar que el jardín es un elemento vivo que se construye en un medio físico y en el se desarrolla y vive, de el depende.
Es por tanto necesario mirar a nuestro alrededor y ver que en la mayoría de los territorios de nuestra península no sobra el agua. E interesándonos por la predicciones del clima en los próximos años, incluso las más optimistas nos hablan de un mas que probable descenso en las precipitaciones, y una mayor irregularidad en las mismas.
Es importante que nosotros como proyectistas atendamos a estos términos, pero es incluso más importante que los usuarios los asuman y los demanden para sus ciudades, para sus parques, para sus jardines.
Se pueden (y se deben) crear jardines de una gran belleza que se desarrollen en unas condiciones de bajo consumo de agua.
Se pueden (y se deben) incorporar todos los adelantos tecnológicos que nos permitan aprovechar adecuadamente cada gota de agua destinada al riego.
Al fin y al cabo Arte y Técnica es nuestro trabajo.
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