Tras haber leído decenas de titulares del estilo «el verano más frío de los próximos tiempos» y de haber sobrellevado un verano extremadamente seco y caluroso, desde Alnus queremos compartir una reflexión: cómo el paisajismo urbanístico -a escala pública y privada- puede ayudarnos a sobrellevar los efectos del cambio climático y crear ciudades verdes.
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Los síntomas de la crisis climática en la Península
Antes de nada, no queremos transmitir más alarmismo del que ya hay. Tan solo expondremos algunos hechos con datos para contextualizar.
El Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales cuantifica cerca de 299.490 hectáreas quemadas en España en el verano de 2022, convirtiéndolo en el país con mayor superficie arrasada por los incendios.
Las sequías, el bajo nivel de los embalses y la falta de precipitaciones también se notaron. Según la AEMET, el 2022 ha sido el tercer año más seco del siglo XXI (solo superado por 2005 y 2012).
En múltiples lugares de la Península Ibérica los termómetros superaron los 40ºC y en algunas ciudades como Madrid la sensación es aún mayor. Esto se explica gracias al concepto «islas de calor» que ocurre por el sobrecalentamiento del asfalto y de los edificios de las grandes ciudades haciendo que la sensación térmica en esa zona sea mayor.
Ahora sí, con esta premisa pasamos a contar como desde nuestro lado podemos aportar esfuerzos para intentar equilibrar las elevadas temperaturas, la falta de agua y en consecuencia, la falta de bienestar de la población urbanita.
Ciudades verdes para una ciudadanía contenta
Una buena planificación de los espacios verdes contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas y a enfrentarnos a los efectos del cambio climático con mayores y mejores herramientas, tanto desde una perspectiva urbana como en el ámbito privado.
Incidimos mucho en la importancia de la planificación, ya que determinar las necesidades hídricas y edafológicas de las especies vegetales nos ayuda a calcular con mayor exactitud los recursos de mantenimiento de las mismas.
Por esta misma razón, plantar especies endémicas y adaptadas a las condiciones climáticas y suelo de la zona, ayuda a que el mantenimiento sea más sencillo y consuma menos recursos. Así, se evitaría uno de los principales problemas a la hora de crear espacios verdes: dejarlos a la deriva sin mantenimiento hasta que se deterioran y dejan de cumplir su función.
En las ciudades hay una serie de cuestiones que se pueden tener en cuenta a escala doméstica, urbana y nacional para ayudar a vivir las altas temperaturas y mejorar la calidad del aire. Estos son algunos ejemplos:
- Eliminar grandes extensiones de pavimentos de materiales duros (piedra, hormigón, plástico…) y sustituirlos por elementos verdes
- Construir parques y jardines y mantenerlos correctamente
- Incorporar franjas verdes y pavimentos blandos en las zonas de paso
- Incrementar la densidad verde en altura (azoteas y fachadas)
- Incluir otros elementos paisajísticos, como las pérgolas, para proporcionar sombra cuando no sea posible la plantación de un árbol
- De la misma forma, incluir elementos acuáticos como fuentes, estanques o riachuelos
Así se podría aligerar la isla de calor urbana y mejoraría la temperatura exterior e interior de las viviendas, ya que los espacios verdes consiguen:
- Regular la temperatura: las zonas con sombra tienen una temperatura ligeramente más suave tanto en invierno como en verano, que los lugares donde solo hay asfalto, cemento y hormigón. En verano, esto se hace mucho más patente.
- Transpirar: las plantas eliminan el exceso de agua que absorben por las raíces en forma de vapor, hecho que ayuda a la formación de nubes y precipitaciones.
El quid de la cuestión está en enverdecer las ciudades implementando infraestructuras que de verdad funcionen y en mantenerlas como es debido.
Alnus es paisajismo y también jardinería. Llevamos más de 25 años creando jardines eficientes en la Comunidad de Madrid y alrededores. Estos son algunos trabajos nuestros:
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1 comentario en «Así se crean ciudades verdes gracias al paisajismo»