Mejorar el suelo de un jardín significa que debe tener los nutrientes necesarios y la composición idónea para que las plantas se desarrollen de forma correcta y que, además, esté libre de plagas y enfermedades. Para empezar y lo más importante: sin un buen suelo es muy complicado que un jardín florezca. No siempre nos viene dado y debemos ponerlo a punto antes de comenzar a plantar.
Muchas veces, aunque preparemos el suelo, debemos tener en cuenta la composición inicial del terreno y escoger las mejores especies en cada caso. En este artículo te mostramos dos técnicas para enriquecer y mejorar el suelo de tu jardín y, también, las prácticas de inicio y mantenimiento que seguimos desde Alnus Paisajismo y Jardinería.
2 estrategias para mejorar la calidad del suelo
El suelo madrileño es, en mayor medida, arenoso. En concreto, lo que se conoce como arena de miga y lo que le atribuye cierta densidad a este tipo de terreno. Sin embargo, cada lugar tiene unas características concretas a las cuales deberemos adaptar nuestros requerimientos y expectativas.
El primer consejo, ante todo, es limitar el uso de productos químicos. Por ello, las técnicas que describimos a continuación no son agresivas.
Realizar un análisis laboratorio del suelo
Siempre que sea posible, la mejor opción es recoger varias muestras del suelo del jardín. En función del tamaño del mismo, se cogerá un mayor o menor número de pruebas para analizar en un laboratorio cualificado. Este análisis edafológico nos dirá las cualidades y composición del suelo de nuestro jardín y en función de la plantación que se quiera realizar, veremos si es necesario corregir el nivel de materia orgánica, compensar el pH o la textura.
En este tipo de actuaciones solemos añadir arena o tierra dependiendo si es un suelo más arenoso o está muy compactado. En Madrid hay algunos laboratorios e instituciones que hacen este tipo de análisis. Consúltanos si quieres más información.
Si no es posible, optar por el análisis visual del terreno
Aunque es menos recomendable que el anterior, realizar un análisis visual de nuestro jardín nos ayudará a determinar qué tipo de suelo es y qué tipo de especies debemos plantar para que el mantenimiento sea eficiente y eficaz. Para ello, hacemos una serie de agujeros en el terreno para ver lo que nos encontramos debajo.
El color es un elemento fundamental que nos aporta mucha información:
- Los suelos oscuros son muy ricos en materia orgánica.
- Aquellos con tonos rojizos y pardos significa que tienen gran cantidad de arcilla, por lo que son suelos pesados.
- Si son grises o alcalinos, contienen yeso y su pH se mueve hacia la alcalinidad.
Además del color, la textura también nos habla. Si el suelo está muy compactado nos costará agujerearlo, lo que es frecuente en la Comunidad de Madrid, donde gran parte del subsuelo está formado por una mezcla de arenas arcillosas que le atribuyen cierta dureza a los suelos y que complica la penetración de las raíces en él.
A continuación, compartimos el trabajo previo que hemos realizado de acondicionamiento del terreno antes de construir este jardín privado en una vivienda unifamiliar en Rivas Vacia-Madrid:
¿Cómo actuar cuando te acabas de comprar una casa?
Esta situación es una de las más frecuentes. Cuando una persona o familia compra una casa en un terreno concreto y quiere un jardín, es probable que se encuentre con un suelo desestructurado, es decir, que no sea el original previo a la construcción de la vivienda.
Esto ocurre porque tras la excavación, suelen rellenarlo con tierra o arena. Si es tu caso, debes saber que antes de plantar, el suelo hay que acondicionarlo. Nosotros, generalmente, añadimos arena de río en los suelos que están muy compactados, para que se vuelva más permeable y permita la correcta circulación de oxígeno y agua.
Para los suelos pobres y de pequeñas dimensiones, añadimos materia orgánica en forma de guanumus, que es un producto comercial que aporta un alto contenido y estimula la vida microbiótica del suelo.
Cuando los jardines son grandes y el suelo es pobre, sí conviene hacer una enmienda. Normalmente, encargamos suelos mezclados que contienen restos vegetales, materia orgánica y arena en proporción 1-1-1. Lo distribuimos en la superficie del jardín y, si consideramos que no es suficiente, vamos añadiendo de forma gradual aportes de materia orgánica a lo largo de los meses.
Conocer la composición del suelo donde queremos plantar nuestro jardín es crucial antes de escoger las especies y los elementos que lo van a componer. Acondicionar el terreno influye directamente en el éxito de una plantación y su mantenimiento futuro. Y esta, es una tarea que debe realizar un profesional o empresa de paisajismo y jardinería. Además, te asesoraremos en la selección de plantas, para que exista una conexión entre tus gustos y expectativas y la funcionalidad del jardín en cuanto a necesidades de mantenimiento.
En Alnus podemos ayudarte, a golpe de clic.