Olas de calor inesperadas, floraciones a destiempo, récords consecutivos de altas temperaturas, granizo y nevadas fuera de época, rachas de viento huracanadas… Con el clima tan cambiante, es esencial hacer todo lo que esté en nuestra mano para proteger nuestros hermosos jardines en Madrid.
En este artículo te contamos cómo puedes preparar tu oasis particular ante estas condiciones extremas. Aunque lo primero que debes saber, es que las fórmulas milagrosas y recetas mágicas no existen, la clave de todo es una buena planificación y el mantenimiento adecuado continuo. ¡Vamos allá! 🌱
1. Elige especies adaptadas al clima y dentro del umbral
Selecciona especies resistentes a la sequía y capaces de soportar cambios climáticos extremos. También recomendamos escoger variedades lejos del límite de lo tolerante.
Por ejemplo, una planta cuya tolerancia al calor tiende a limitarse a unos 30ºC es el rododendro (Rhododendron spp.).
Estas plantas son conocidas por preferir climas más frescos y pueden empezar a mostrar signos de estrés cuando las temperaturas superan consistentemente los 30 grados.
Los rododendros requieren sombra parcial y suelos bien drenados y ácidos para prosperar. En climas más cálidos, es especialmente importante protegerlos del sol directo del mediodía y asegurar un riego adecuado para ayudar a mitigar el estrés por calor.
Por lo tanto, en regiones con veranos muy cálidos, como Madrid, los rododendros podrían no ser la opción más adecuada a menos que se tomen medidas especiales para protegerlos del calor extremo.
En el caso de los árboles, escoger especies con necesidades hídricas elevadas puede hacer que en épocas de sequía, lleguen a colapsar.
También es interesante incluir diferentes especies de plantas, para asegurar que algunas sobreviven en condiciones adversas y porque en ocasiones se favorecen las unas a las otras, como es el caso de las praderas floridas de Phyla nodiflora con Frankenia laevis (brezo de mar) junto a dos especies de tomillo (Thymus hirsutus y Thymus ciliatus) en proporción 1-1-1-1.
2. Diseño y planificación del jardín
Cuando planificamos cómo será un jardín, valoramos el mejor diseño para el espacio y para el cliente, huyendo de situaciones que puedan poner en riesgo al jardín (posibles caídas, pisoteos, etcétera).
Aseguramos la sanidad vegetal de las especies escogidas durante todo el año con los trabajos de mantenimiento requeridos, un buen drenaje para evitar encharcamientos durante lluvias intensas o granizo y creamos zonas de sombra para proteger plantas sensibles, usando árboles o estructuras como pérgolas.
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3. Mantenimiento preventivo
Con la poda hay que tener especial cuidado, sobre todo cuando vienen tormentas y vientos fuertes. Se deben evitar las podas salvajes que no pueden cicatrizar para evitar posibles caídas o desprendimientos de ramas débiles.
Si podamos, debemos asegurarnos que el ejemplar no sufrirá daño alguno. También, es recomendable encargar este trabajo a un arborista experto.
Conoce más sobre la poda para mantener sanos los árboles de tu jardín.
Mantener saludables las raíces de los árboles es imprescindible para mejorar su sujeción al terreno y evitar posibles caídas. Por esta misma razón, tampoco debemos plantar pinos en zonas de pradera.
4. Riego eficiente y adecuado
En relación al riego, utilizar sistemas de riego por goteo o automatizados que se ajusten a las necesidades hídricas actuales, reducen el consumo de agua. En este aspecto también entran en juego las necesidades hídricas de las plantas.
Por ejemplo, la hortensia (Hydrangea spp.) es conocida por su necesidad de suelos húmedos y condiciones frescas para florecer adecuadamente. En un clima como el de Madrid, donde las sequías son frecuentes y el calor del verano es intenso, las hortensias sufren y requieren un riego constante y abundante para sobrevivir y prosperar.
Esta necesidad de agua constante las hace menos adecuadas para jardines que buscan ser resistentes a la sequía y eficientes en el uso del agua.
En épocas de calor extremo, recomendamos aplicar una capa de mulching para mejorar la humedad en el suelo y proteger las raíces. Además, se debe aumentar la frecuencia de riego durante las olas de calor, preferiblemente en horas de menor evaporación (amanecer o atardecer).
Conoce cómo ahorrar agua en el sistema de riego de tu jardín.
5. Protección contra el granizo
Instalar mallas o coberturas especiales para proteger las plantas más delicadas durante temporadas de granizo, puede ser una buena solución para minimizar los daños derivados de estas tormentas.
En Madrid, adaptarse a las inclemencias climáticas es crucial para mantener un jardín saludable y hermoso. Con la selección adecuada de plantas, un diseño inteligente, y prácticas de mantenimiento preventivo, puedes minimizar los efectos del clima extremo en tu jardín.
En Alnus, llevamos más de 20 años diseñando, creando y manteniendo jardines en la Comunidad de Madrid. ¿Te echamos una mano? ¡Escríbenos sin compromiso!