Una de las frases más repetidas estos dos últimos meses: «Ahora más que nunca«, y sí, hoy la rescatamos para hablar de jardines. Si tienes la suerte de tener un pequeño jardín en casa o quizás una terraza, ahora más que nunca le estamos dando la importancia que tienen, ahora más que nunca estamos disfrutándolos y ahora más que nunca estamos cuidándolos.
Lo primero que queremos recordarte, como profesionales, es que el espacio del jardín se crea al construirlo y por lo tanto, un espacio será pequeño o grande en función de lo que hagamos con él. El proceso que seguimos es enfocado siempre a recrear el universo, ordenamos el caos y reconectamos lo material y espiritual del ser humano con la naturaleza.
Quizás puedas pensar que tu jardín es pequeño o demasiado grande pero eso es tan solo una cuestión de proporción. Según Heidegger, filósofo alemán, “espaciar es la liberación de sitios”. Cuando espaciamos, erigimos construcciones y cuidamos todo lo que crece en el terreno.
Entonces, comprendiendo esto, podemos afirmar que un proyecto bien concebido desde el inicio puede funcionar a cualquier escala. Eduardo Chillida, escultor, dice así
“La monumentalidad es la capacidad que tiene algo para crecer con orden”
Usos de tu jardín
El jardín, independientemente de su superficie, es una estancia más de la casa. Como tal puede albergar todos los usos que pueda tener cualquier estancia. Puede ser un lugar para comer, un lugar para dormir, un lugar para amar, un lugar para jugar, un lugar para estudiar, un lugar para aprender… O quizás en tu caso, tenga todas estas cualidades.
Sin embargo, hay algunas características que le son exclusivas. Es la única parte de la casa que no tiene techo. O más bien tiene un techo diferente que es el cielo. Sentado en el jardín se pueden ver pasar las nubes y los pájaros, se puede ver la luna, se puede estar bajo la lluvia.
El jardín es una estancia en la que las partes que la componen crecen, cambian. El paso del tiempo, al contrario de lo que sucede con los elementos de la arquitectura, les favorece.
Las partes que componen el jardín respiran
En un jardín vemos con buenos ojos que haya otros habitantes diferentes de nosotros. La vida que hay bajo la tierra, aunque no la veamos, permite que nuestra plantas crezcan mejor. Nos encantan los pájaros que anidan en nuestro jardín, las mariposas, los insectos que liban en sus flores y que polinizan. Los animales que beben en nuestros estanques.
En un jardín bien proyectado se deben potenciar los usos que favorezcan y se aprovechen, de esas diferencias que tiene este espacio con respecto a los demás de la casa.
Un jardín también puede ser un espacio representativo en nuestra vivienda. Algo que nosotros deseamos mostrar. Algo que habla de nosotros, que nos representa. Puede estar en la entrada de la vivienda, ocupar una parte del salón o ser el fondo visual de la misma. Nuestro paisaje cercano.
En este caso, en todos pero en este más, se trata la pieza como un artefacto artístico. Como un elemento singular como podría ser una pintura o una escultura.
Materiales y mantenimiento
Sobre todo en superficies pequeñas ha de cuidarse la calidad de la materia que compone el jardín porque al habitarlos estaremos cerca de los objetos, de las plantas…
Al hablar de calidad no nos estamos refiriendo a coste elevado. Nos estamos refiriendo a que posea una forma bella, estética y confortable, a que cumpla correctamente la función a la que esté destinado, a que nos transmita un mensaje, que no sea un elemento anodino.
En un jardín se trabaja fundamentalmente con seres vivos que tienen necesidades como agua, nutrientes, cuidados sanitarios, alguna poda… Esto requiere que si queremos tener un jardín bien cuidado utilicemos tiempo, recursos y dinero en cumplir estas funciones.
Hay soluciones que reducen el tiempo que dedicar al jardín, los requerimientos de riego se pueden solventar fácilmente con la implantación de una pequeña red de riego automatizada. Con dedicar unos pocos minutos al año nos podemos despreocupar.
Pero el resto de los cuidados hay que, necesariamente, proporcionárselos. En las últimas décadas se han desarrollado elementos artificiales que vienen a sustituir al elemento vegetal, al elemento orgánico. Es verdad que hay productos como el césped artificial o las plantas liofilizadas que han mejorado muchísimo su calidad tanto visual como táctil de un tiempo a esta parte.
Son una opción posible a valorar si lo que buscamos es únicamente un elemento decorativo, pero sin embargo creemos que no son recomendables si lo que deseamos es habitar el espacio. Pasar parte de nuestras horas en medio de una falsificación de la vida no parece recomendable, simplemente por evitarnos un pequeño precio de dedicación.
En el capítulo XXIII de “El Principito” el protagonista se encuentra con un comerciante que vende píldoras para aplacar la sed. Al inquirir al comerciante la razón de vender ese producto, este aduce que se ha demostrado que se ahorran 53 minutos a la semana si no hay que ir a beber.
El Principito pregunta que se puede hacer con ese tiempo, a lo que el comerciante responde: «Se hace lo que se quiere».
Entonces el Principito pensó para si: «Yo, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría tranquilamente hacia una fuente…»
Con esta última idea dejamos abierto un abanico de posibilidades para que puedas replantear el uso y el cariño que quieres darle a esa estancia de tu casa. Recuerda que desde Alnus trabajamos tanto con empresas como con particulares, cualquiera que sea tu necesidad no dudes en ponerte en contacto con nosotrxs.