En el mes de Julio del presente año nos hicimos cargo del mantenimiento de los jardines de una comunidad de vecinos en Alcorcón, Madrid.
El principal problema que se encontraba la comunidad era el deterioro progresivo de la pradera de césped y el exceso de gasto de agua en riego, que les llevaba a pagar unas facturas difíciles de soportar en estos tiempos de maltrechas economías.
El origen de estos problemas está en un pésimo diseño del sistema de riego que aporta agua de forma muy desigual, con zonas donde el alcance es un poco más que cero. Esto se compensaba en las épocas de verano con unos tiempos de riego fuera de toda sensatez que, si bien ralentizaba el deterioro de la pradera en las zonas donde los alcances eran nulos, encharcaba numerosas zonas haciendo muy incómodo su uso y elevaba el recibo del agua a cifras poco sostenibles.
A esto se une a que hasta ahora se ha llevado a cabo un mantenimiento de las praderas muy ineficaz y poco profesional lo que ha contribuido no poco a su degradación.
Desde nuestra entrada en el jardín, estamos desarrollando de acuerdo con la propiedad un nuevo diseño para el sistema de riego que proporcionará la máxima eficacia en el consumo de agua.
Aparte del cuidado en el diseño propiamente dicho, con una distribución de los emisores de riego que proporcione una cobertura total de la superficie de riego y un solape entre emisores del 100%, emplearemos los últimos avances que la tecnología de riego nos permite: toberas de baja pluviometría, sensores de humedad en el terreno, sensores de lluvia y heladas y sensores de caudal.
Nuestra estimación es que tras la instalación del nuevo sistema el ahorro de agua puede superar el 30%
En cuanto al trabajo sobre las praderas, hemos aumentando la frecuencia de siegas para no dejar crecer por encima de 8 cm la hierba y nunca hacer una siega muy baja. Hemos organizado un programa de abonados, empleando abonos 100% orgánicos de liberación lenta que aplicamos con una frecuencia trimestral.
Estamos pendientes de realizar un aireado profundo para la descompactación del terreno que irá acompañado de un enarenado.
Las mejoras en el jardín ya se empiezan a notar, y aunque queda mucho trabajo por hacer, estamos seguros que para la próxima primavera serán más que notables.