Hemos sido contratados para la redacción de un proyecto de sistema de riego para un jardín de 5000 m2 y su posterior instalación.
El proyecto se entregó la pasada semana y se han iniciado ya los trabajos para la implementación de la nueva red de riego, estando ahora en las fases iniciales del zanjeo.
El motivo de la sustitución del sistema de riego por un nuevo diseño está fundamentado básicamente en un excesivo consumo de agua que se veía reflejado en unas facturas altísimas, al punto de hacer creer a la propiedad que existía una fuga de agua en algún punto de la parcela.
En nuestros primeros contactos hicimos un análisis de la situación del riego que poseía la finca. Descartada la fuga, una vez que realizamos todas las comprobaciones oportunas, encontramos con que:
- El sistema de riego no estaba actualizado a la realidad del jardín. Se empleaban elementos de riego poco eficientes para regar plantaciones arbustivas y arbóreas que por sus características, su tiempo de implantación en el jardín y su tamaño, o bien no necesitarían ya de aportes de agua mediante el riego, o bien este sería mucho más eficaz si fuese realizado por un sistema de riego localizado (Goteo, inundadores etc.)
- Las características de crecimiento de algunos ejemplares de árboles hace que en la disposición de los emisores se crearan algunas “sombras de riego” que luego han de compensarse con sobreriegos por parte de otras fases.
- El sistema de riego estaba mal diseñado. Los emisores no se distribuyen eficazmente. Las distancias entre ellos, o son demasiado grandes, o no responden a la geometría del jardín. Las toberas en todos los casos eran de alcance 4,5 m. aún en los lugares donde es totalmente innecesario. Esto hace que se desperdicie mucha agua.
- La topografía del jardín, con pendientes notables en alguna zona, puede generar escorrentías si los tiempos de riego en esa zona no se ajustan bien.
Otro de los problemas de los que adolecía el jardín es un sobredimensionamiento de todas sus fases de forma que su demanda de consumo es superior a la capacidad de suministro de la red. Si a esto sumamos el estar conectados al canal de Isabel II para el suministro de agua y que el canal tiene unas grandes oscilaciones de caudal y presión en el servicio, el mal funcionamineto está garantizado.
Procedemos pues a la realización de un diseño de riego eficiente que corrija todos estos problemas.
Primero elaboramos un plano del jardín realizando mediciones sobre el terreno y colocando en medida real la distribución de la plantación y el contorno del jardín, así como la geometría de la pradera, la ubicación de los caminos y la pendiente del jardín.
A partir de este elemento imprescindible diseñamos nuestra red, utilizando los emisores de riego más eficaces en cada caso. Cuando las distancias posibles son iguales o inferiores a 4,5 m empleamos difusores. Cuando son superiores a esta distancia, aspersores de turbina. Para el riego de árboles borboteadores. Para riego de plantaciones arbustivas, setos o pantallas vegetales utilizamos goteo.
Procedemos a la división del riego en fases, considerando que el consumo máximo de cada una no supere el 50-60% del caudal disponible, siempre teniendo en cuenta las alteraciones en el flujo de suministro que tiene el Canal de Isabel II en esta zona y que nos han sido manifestadas por la propiedad.
Antes hemos realizado un estudio para valorar la posibilidad de dotar a la instalación de un depósito y una bomba de presión que independice el riego de las variaciones de suministro del Canal. Sin embargo, de acuerdo con la propiedad, decidimos descartar en esta fase incorporar estos elementos debido a la dificultades para encontrar una ubicación adecuada, que es algo problemático en un jardín consolidado.
El resultado es que tenemos 21 fases de riego. Elegimos para su control un programador al que podemos añadir módulos hasta obtener esas 21 fases. A este mismo programador le añadimos un dispositivo WI-FI que nos permitirá tener un control de la programación a distancia y de este modo poder ofrecer un servicio de mantenimiento del sistema de riego eficaz, cuestión que nos ha sido demandada por la propiedad.
Como elementos de control de riego adicional, incorporamos un contador en el inicio de la red que nos permitirá ir haciendo comprobaciones periódicas de consumo de agua, así como detectar posibles futuras fugas o averías en la red.
Añadimos también un sensor de lluvia, elemento fundamental para el ahorro en cualquier sistema de riego.
Estamos en plana ejecución de la nueva red de riego. Con nuestro sistema de trabajo podemos abrir y cerrar las zanjas de riego en una pradera sin que, una vez terminada la obra, se note que hemos pasado por allí, pues recuperamos la pradera de césped en su totalidad, ya que durante todo el proceso la hemos conservado viva.
Es por este motivo que es interesante acometer estas obras lejos de los momentos de necesidad de riego de las praderas. Nuestra recomendación es acometerlas en el periodo comprendido entre los meses de octubre y abril. No obstante nunca es mal momento para una revisión de nuestro sistema de riego ¡Y más cuando las facturas de agua son elevadas! Si este es vuestro caso, no lo dudéis, llamadnos. Estamos para ayudar.