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Museo Chillida Leku: una auténtica obra de paisajismo

Hace unas semanas, Mauricio Fernández, fundador y paisajista de Alnus, visitó de nuevo el Museo Chillida Leku cerca de San Sebastián (País Vasco), que es un lugar lleno de inspiración y del cual siente una admiración profunda. Por ello, en este artículo queremos compartir la reflexión en primera persona de uno de nuestros paisajistas.

Un poco de contexto histórico

Eduardo Chillida fue uno de los artistas españoles más influyentes del siglo XX y reconocido a nivel mundial. Nació en el País Vasco, donde se crió, estudió y comenzó la carrera de Arquitectura, la cual no terminó y decidió cambiar su rumbo hacia las Bellas Artes.

Su pasión y don por la escultura lo llevó a presentar sus obras en diferentes lugares del mundo, como París o Japón, y a ganar varios premios durante toda su trayectoria.

Chillida fue un escultor y grabador español conocido por sus trabajos principalmente en hierro y hormigón, donde creó lugares únicos para el encuentro entre las personas y la naturaleza. Una de sus obras más conocidas es el Peine del Viento, en la entrada de la ciudad de San Sebastián y enclavado en un lugar simbólico donde continuamente baten las olas.

El artista vasco comenzó a crear Chillida Leku para albergar su obra, una vez que decidió dejar de trabajar en exclusividad para las galerías a comienzos de la década de los 80’s.

‘Leku’ que en español significa lugar, es un espacio que representa no sólo la trayectoria artística de Eduardo Chillida, si no su filosofía, forma de ser y calidad humana.

«Encontré un espacio donde mis esculturas pudieran descansar y la gente pudiera caminar entre ellas como por un bosque.»

– Eduardo Chillida

Tras 20 años trabajando en la modulación de su lugar, en el año 2000 se inauguró el Museo Chillida Leku.

Nos adentramos en Chillida Leku, un ejemplo de escultura integrada en el paisaje

Este lugar es un museo único, una gran obra de arte hecha a sí misma, que respeta y se fusiona de forma perfecta con el entorno que la rodea. En los jardines hay hayas, robles y magnolios que conviven en armonía con las grandes esculturas de acero y granito, las cuales forman parte del paisaje como si de seres vivos se trataran, en perfecta integración con el ecosistema.

La finca está dividida en dos partes: una pradera de césped con pendiente rodeada de plantaciones arbóreas delimitadas y otra que es un bosque, donde se encuentran todos los edificios del museo (una cafetería, una tienda, un caserío rehabilitado y una vivienda).

Hacemos una mención especial a este caserío del siglo XVI, el cual estaba en ruinas cuando Chillida adquirió el lugar. Lo fue rehabilitando de forma minuciosa durante 14 años, dejando la estructura y fachada originales. Hoy en día funciona como sala de exposiciones.

En cuanto a sus obras, hay más de 40 esculturas diseminadas por las más de 11 hectáreas que forman el espacio. Algunas reposan donde antaño pastaban los rebaños y otras, entre los diversos ejemplares del bosque. El paso del tiempo y de las estaciones se hace latente no sólo en la vegetación, si no en la evolución física de las obras, y es por ello que este espacio es un auténtico oasis en el norte de España.

En el Museo Chillida Leku se puede pasar un par de horas, una tarde o un día entero. No hay un orden cronológico para visitarlo ya que fue creado para que cuando llegues a él, te dejes llevar por la intuición y que cada excursión sea única y personalizada.

Todas las figuras condicionan e invitan al paseo, a divagar y caminar sin rumbo fijo atraído por el lenguaje de cada una de las piezas. Cada escultura compone su propio universo y responde a una pregunta que Chillida lanza, pero en sí mismas son una pregunta.

Sin embargo, el autor ha colocado las obras siguiendo una lógica interna. La forma del terreno lleva a caminar siguiendo una espiral que pasa por todo el lugar, donde además se puede ver una casa de estilo inglés donde vivían los anteriores propietarios, la familia Zabalaga y acaba en el caserío rehabilitado.

Así se entiende la importancia del tiempo en las creaciones del autor, su interés por las preguntas, el respeto por la naturaleza cambiante, la dualidad entre lo lleno y lo vacío… Todo hace que el lugar sea una pregunta lanzada al espacio y una indagación sobre los límites y sobre las formas.

Desde nuestro punto de vista, nos dimos cuenta que con la colocación de las esculturas en el espacio, Chillida consiguió una transformación radical del paisaje y de la percepción del mismo, lo que realmente es el centro del trabajo del paisajismo. Las esculturas modifican el espacio a su alrededor y las relaciones entre los distintos puntos del entorno con la colocación de las distintas figuras, cambiando la concepción de volumen, distancia y límite. 

Chillida Leku es un museo muy dinámico donde hay exposiciones temporales en el caserío, conciertos, óperas, cine y espectáculos de danza en el jardín… En definitiva, un lugar increíble para visitar y admirar el arte en la naturaleza. 

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1 comentario en «Museo Chillida Leku: una auténtica obra de paisajismo»

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