Recibimos el encargo de una comunidad de propietarios para buscar una solución a un jardín interior de la comunidad, que estaba constituido por dos jardineras de obra de unos 35 m2 cada una que albergaban 2 ejemplares de palmera canaria (Phoenix canarensis).
Estas palmeras llevaban 30 años plantadas y tenían un aspecto magnífico, sin embargo el desarrollo de su sistema de raíces había obturado los drenajes de las jardineras, obstruido la salida de aguas pluviales del patio y causado problemas de humedades en las viviendas colindantes. Era pues imprescindible talarlas.
Tras la obtención de los permisos necesarios, procedimos a la retirada de estos dos ejemplares, se limpiaron los conductos de aguas con profesionales especializados en estas tareas, se reimpermeabilizaron y restauraron las jardineras y procedimos a realizar una plantación de vivaces perennes.
El sentido de la composición era crear un jardín de bajo mantenimiento, con especies con poco potencial de crecimiento que no fueran susceptibles de generar nuevos problemas de impermeabilización, y que constituyeran un escenario bello tanto para los vecinos y vecinas de esta comunidada, que podrían disfrutar de las vistas a su jardín desde sus ventanas que dan al patio, así como desde el propio patio.
Ha pasado ya un año desde este trabajo y el resultado es muy satisfactorio. La propiedad está contenta con el resultado obtenido …y nosotros también. 🙂